Frank
Lloyd Wright (1867-1959)
Fundador de la arquitectura orgánica y uno de los
arquitectos más influyentes del siglo XX, Lloyd Wright supo acoplar la
arquitectura contemporánea y futurista a los paisajes inabarcables
estadounidenses.
La obra del arquitecto estaba tan influida por la
naturaleza como la poesía de Whitman, o la literatura de Thoreau, Emerson y
London. Completó concepción panteísta, originada el gran paisaje
estadounidense, con un conocimiento profundo de las tradiciones estéticas y
arquitectónicas occidental y oriental.
Sus diseños son funcionales, aprovechan los
elementos de la naturaleza y se comportan como una célula más de un organismo
complejo: el abrigo humano y su entorno más inmediato.
Sus casas diseñadas en los espacios abiertos de las
grandes praderas y los bosques de Estados Unidos fueron concebidas emulando los
diseños de la naturaleza, que crecen desde el interior hacia el exterior.
Los espacios interiores dejan de ser estancias
cerradas y aisladas, y en sus casas cada habitación o sala de abre a las demás
con transparencia visual, para aprovechar la luz.
Alvar Aalto (1898-1876)
El finlandés Alvar Aalto vivió una época en su país
que, salvando las distancias de tamaño y latitud, son equiparables a las
circunstancias de la biografía de Frank Lloyd Wright.
La Finlandia de principios del siglo XX, un vasto y
poco poblado país nórdico, el más pobre de Escandinavia, iniciaba su
moderninación: había oportunidades para diseñar y construir en un país con
paisajes dramáticos, integrado en un entorno de bosques boreales y poblaciones
aisladas que practicaban la supervivencia. El ser humano todavía no había dado
la espalda a la naturaleza.
Alvar Aalto se propuso diseñar mobiliario,
complementos textiles y edificios para sus edificios contemporáneos, que a la
vez debían ser intemporales, embebidos en la naturaleza. Sin utilizar el
concepto de "arquitectura orgánica" de su colega Frank Lloyd Wright,
Alvar Aalto se convirtió en diseñador y arquitecto orgánico.
Practicó el sobrio clasicismo nórdico, además del
modernosmo. Su concepto del diseño era global y conformó su propio lenguaje de
patrones. Lo llamó "Gesamtkunstwerk", u "obra de arte
total". Con la ayuda de su mujer Aino Aalto, el arquitecto no sólo
diseñaba el edificio, sino también daba indicaciones sobre el mobiliario la
iluminación, los acabados, la cristalería, etc.
Practicó lo que ahora conocemos como "diseño
escandinavo" antes de que se conociera el término. Aalto era un
especialista en arquitectura moderna pero, a la vez, creía en que el modo de
lograr edificios humanos y acordes con la naturaleza consistía en agregar las
variables del territorio y la cultura.
Eero Saarinen (1910-1961)
Este arquitecto estadounidense de origen finlandés,
trabajó en el estudio de su padre y conservó la impronta cultural de su país
natal, a través de la sencillez y parquedad en los diseños que se ha conocido
posteriormente como "diseño escandinavo".
Recibió varios encargos de grandes edificios
funcionales, tales como terminales de aeropuertos, teatros o embajadas. Todos
estos edificios incluyen líneas curvadas para imprimir ligereza a los espacios.
Saarinen combinó la racionalidad de su arquitectura
con interiores y mobiliario adaptados al ser humano y a sus necesidades y, a la
vez, armónicos con el conjunto, como un organismo vivo.
Como Frank Lloyd Wright y Alvar Aalto, Eero
Saarinen utilizó la luz como elemento angular de su arquitectura.
Hans Scharoun (1893-1972)
El alemán Bernhard Hans Henry Scharoun es uno de
los principales exponentes de la arquitectura orgánica europea, junto al
también alemán Hugo Häring, a quien consideró su maestro, pese a que sólo un
puñado de sus proyectos llegaron a construirse, y al finlandés Alvar Aalto.
El otro gran arquitecto orgánico europeo,
elevándose por encima de ellos por extensión y calidad de la obra, es el
catalán Antoni Gaudí, aunque su obra merece trascender más allá del alcance de
los arquitectos mencionados, a excepción quizá de Frank Lloyd Wright.
Además del edificio de la Filarmónica de Berlín,
las casas unifamiliares que diseñó en la Alemania de los años 30 y los
complejos residenciales de después de la II Guerra Mundial conciben la
arquitectura como parte de una composición o un "lenguaje de
patrones", según la terminología usada décadas después por Christopher
Alexander.
Wang Shu (nacido en 1963)
El premio Pritzker de 2012 no se considera a sí
mismo arquitecto orgánico, ni se encuentra en ningún panteón, como los
anteriores arquitectos mencionados, sino que se encuentra en medio de su
florecimiento creativo, con varios proyectos reconocidos concebidos y
ejecutados en desde 2005.
Entre ellos, la sorprendente mole del Museo de
Historia de Ningbo (2008), arquetipo de la simpleza rústica, intemporalidad y
carácter local de su arquitectura. Su áspera textura y color terroso parten del
material de construcción elegido: el Ningbo History Museum ha sido erigido con
escombros.
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